La sensación de dolor que nos producen una espina clavada en la piel y las palabras de desprecio hacia nosotros de una persona que queremos o valoramos, no son tan diferentes como pueden parecer, ya que disparan la actividad de las mismas regiones del cerebro. Una hiere el cuerpo, la otra el alma.
“Es la vida un dolor en que se empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella”, dijo una vez el escritor español Francisco de Quevedo, dando a entender que las sensaciones de dolor son la regla y no la excepción en la existencia humana.
Podría ser que no haya diferencia el dolor físico, aquel que se alivia con drogas, anestésicos y anti-inflamatorios, del dolor psicológico y emocional, ese dolor del alma, que se produce por la pérdida de un ser querido y que a veces se calma con un beso, un abrazo o que sólo Dios puede currar.
Según los científicos, han descubierto que el dolor físico y los sentimientos intensos como los de rechazo social por ejemplo, producen el mismo daño al activar las mismas regiones cerebrales.
Un estudio detalla que las mismas regiones del cerebro que entran en actividad como respuesta a las experiencias sensoriales dolorosas se activan durante las experiencias intensas emocionales.
Derramarse encima una taza de café caliente, el abandono físico o emocional de una persona querida, una herida mientras trabajabas, pensar acerca de cuánto se sintió el rechazo al mirar la fotografía de una persona con la que se haya experimentado recientemente la ruptura de una relación y las decepciones mismas, causan tipos de dolor con los mismos resultados.
DOLOR DEL ALMA, DOLOR DEL CUERPO
Si las situaciones desagradables producen dolor y tristeza, el amor puede calmarlo, de acuerdo a otra investigación, han comprobado que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor con la misma eficacia que los pastillas e incluso que algunas drogas ilegales, como la cocaína.
Esto es posible porque el amor activa las mismas regiones del cerebro donde actúan los medicamentos destinados a calmar el dolor: el sistema de recompensa cerebral, que es el encargado de generar recompensas bioquímicas ante determinados estímulos que recibe la persona.
CREER EN DIOS ES ANALGÉSICO
Si el amor tiene tanto poder, no puedo terminar sin haber mencionado la máxima fuente de amor: Dios, no es que las personas que tienen creencias religiosas pueden resistir más el dolor como dicen los científicos, sino que Dios es quien nos da la fortaleza para superar las cargas, más aún si es Él quién inventó y creó el alma. Al final como ya lo he dicho, no podemos escoger que situaciones nos afectarán en nuestras vidas, pero si podemos escoger como enfrentarnos a ellas.
Y aún así el amor en ocasiones por sí solo no es suficiente, hace falta esfuerzo, hace falta que nos comprometamos realmente para superar el dolor. Yo, Xiomara Rodríguez, prometo cuidar tu enorme corazón lleno de amor y bondad, y le pido a Diosito la fuerza, la sabiduría para protegerlo de todo lo malo, lo injusto y feo que pueda pasar. El amor ya me lo da y sé que siempre lo hará. No te pido que te tomes una pastilla, te pido que tomes mi amor y que juntos superemos todo. Te amo!
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