20 factores para un matrimonio exitoso: #6

Ver siempre al otro cónyuge como lo primero o prioritario en la propia vida; darle atención preferente sobre otras personas e intereses

Hace poco me hicieron la siguiente pregunta: ¿a quién crees tú qué se debe amar más: a la pareja o a los hijos? Mi respuesta algo dudosa después de pensarlo fue: que depende de las circunstancias y del tiempo. Una pareja que aún no tienen hijos pues obviamente su amor es exclusivamente para el otro, otra que acaban de ser padres ese amor está concentrado en su bebé, y así le fui describiendo los distintos escenarios que al final resultaban en una respuesta para cada pareja como mínimo, tiene lógica ya que en realidad es una respuesta complicada, vista desde los ojos humanos, pero vistos desde los de Dios: Él nos ama tanto que dio a su hijo por TODOS nosotros y yo pienso que hemos heredado esa capacidad de amar, amar a nuestros padres, hermanos, tíos........... pareja y por supuesto a nuestros hijos.
Ahora puedo aventurarme a una respuesta general, la cual debo aclarar, es mi sentir de ver las cosas. Este año inicio con nuevos planes, entre ellos llevar al altar a mi maravillosa novia, así es, este año nos casamos, tomando uno de esos escenarios ella para mi tiene todo mi amor pero cuando Dios nos regale hijos no dejaré de amarla ni tan siquiera un poquito, mis hijos no le robarán el amor que siento por ella sino al contrario, sin ninguna duda, se que la amaré aún más por darme ese privilegio de poder ser padre, y a mis hijos tampoco los amaré menos, porque ellos serán el fruto del amor entre mi esposa y yo.
Ahora bien, decirlo es fácil, seguramente aquellas parejas que ya pasaron por esa situación no compartan este ideal, tengo claro que no es fácil, por eso le pido a Dios todos los días que en su gran amor haga del nuestro florecer una familia que pueda adorarle, a mis hijos los amaré, pero tengo claro que son un regalo que probablemente no estarán por siempre, la vida misma me ha enseñado que se van estudiar lejos, hacen sus familias o emigran, sin embargo a mi esposa la quiero tener a mi lado, y lo estará el resto de mi vida.
Si Dios es nuestro creador y nos ama tanto, no dudes que puede darte esa familia ideal para ti y el amor suficiente para todos ellos, y a tu familia el amor por ti.

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