¿MD te entiende?


Originalmente publicado en El Diario de… NO, esta columna no fue publicada debido a que “va en contra de un excelente cliente del periódico”. Lección: aparentemente la libertad de expresión y la opinión de los columnistas existe mientras no vaya en contra de los intereses de quienes pautan anuncios publicitarios en el medio.
“Nos gusta hacerte esperar”. “Si no nos llamas en tres días, ya tenemos a alguien más”. No se equivoque, estimado lector. Lo anterior, no es el monólogo de una persona que busca lucir sus deficiencias de IQ. Es, de hecho, el producto de una campaña publicitaria “profesional”, en la que se invirtió capital y se habrá hecho, teóricamente, una investigación del mercado meta. La campaña, es una más en una larga lista de campañas de la zapatería MD, que buscan convertir un falso “empoderamiento femenino” en ventas de zapatos.
Históricamente, el empoderamiento femenino ha significado enormes avances en materia de derechos humanos y libertades individuales. A través de estos sentimientos de verdadero feminismo, importantes figuras, como la escritora Margaret Mitchell, o la salvadoreña Prudencia Ayala, consiguieron victorias relevantes para la participación cívica femenina. La causa feminista es noble mientras se dedique a defender la igualdad en derechos, y frente a las leyes, de hombres y mujeres.
Así como cambiarse el apellido a “Windsor” no lo vuelve a uno noble británico, llamarle a algo feminismo no necesariamente empodera a las mujeres. Por ejemplo, el discurso político del feminismo radical, más que empoderamiento femenino se vuelve, como bien dijera la politóloga guatemalteca Karen Cancinos, una manifestación de colectivismo que no busca potenciar derechos individuales de seres humanos, sino valerse de lenguaje confrontativo con el fin de canalizar simples expresiones de ambición como lo son cuotas de poder que no se lograrían a través del mérito.
El feminismo bien entendido, es el que busca que la mujer pueda llevar a cabo, gracias a sus talentos y méritos, los planes de vida que libremente ha escogido sin que leyes o violaciones a sus derechos se lo impidan. El feminismo en nuestro país por eso, tiene más que ver con la lucha por que se cumpla el Estado de Derecho y el artículo constitucional que garantiza la igualdad ante la ley de todas las personas, que con reivindicaciones revanchistas a través de las que algunos buscan cuotas de poder, y otros, fomentar de manera equivocada el consumo de productos.
Se puede concluir de la campaña (que ha invadido cuanta superficie plana ha logrado alquilar) que, contrario a lo que predican con su slogan, MD no nos entiende. Sus mensajes, en nada representan mujeres empoderadas, independientes y seguras de sí mismas. “No nos gusta pagar la cuenta”. “Nos vamos al baño a hablar de ti”. ¿Pondría usted a una mujer que habla así al frente de la Secretaría General de la ONU? ¿Elegiría a esa mujer como Presidente de la República o CEO de una multinacional? En pocas palabras, según la concepción de la mujer que tiene MD, somos incapaces de ocupar puestos de relevancia o valernos por nosotras mismas gracias a nuestras capacidades y méritos, pues cuando no estamos buscando a un hombre que nos pague las cuentas, estamos ocupadísimas en los baños haciendo a los hombres esperar, o hablando con nuestras amigas, no sobre opiniones, aficiones, o temas coyunturales, sino de hombres.
La campaña perpetúa el estereotipo absurdo de la mujer caprichosa, aprovechada y chismosa; todo lo contrario a la mujer fuerte e independiente que caracteriza el verdadero significado del feminismo, que no busca la superioridad frente al género masculino, sino la potencialización de las capacidades femeninas y el cumplimiento del Estado de Derecho que le garantiza la igualdad ante la ley. Gracias MD, pues su campaña “Lecciones para los Hombres”, sirve como recordatorio para que muchas de nosotros (las que trabajamos para pagar nuestras propias cuentas y tenemos más de un tema de conversación), no escojamos sus productos.

Comentarios

  1. Y ahora me salen con una carrera en tacones! por favor! lo menos que yo quiero es correr en tacones, pero mientras haya mujeres con tan poco amor propio y autoestima que alaban esa dudosa publicidad se seguirá usando y explotando esa idea que las mujeres somos unas muñequitas tontas que solo se la pasan pensando en como hacer miserable al pobre hombre que se haya fijado en nosotras....

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